Hace cuatro años fui expulsado –
compra de votos mediante – por haber denunciado a un entrenador que llevo a un
Mundial una atleta lesionada. Atleta que un alto dirigente olímpico me indico
que no la llevaría a los JJOO de Beijing si no cumplía ciertas marcas, pero que
con mi salida tuvo el lujo de ir a pasear y su mayor orgullo – según esta en la
prensa escrita de la época – fue darse el lujo de salivar en la Pista del Nido
de Pájaros.
Pero pasan los años y parece que
el cuento sigue igual, dorándole la píldora al dirigente de turno y en los
eventos más importantes llámese Panamericanos, Mundiales o Juegos Olímpicos
estos deportistas que responden a un mismo entrenador fracasan.
En el pasado mundial de Daegu escribíamos
que nuestro horizonte no pasa mas allá del continente y los resultados nos están
dando la razón.
No piensen que nos alegramos, no
por favor, lo lamentamos y mucho mas lo lamentamos por las falsas expectativas
que se crean a través de algunos inexpertos periodistas de este tema que
repiten los cuentos chinos que les hacen.
Esperemos que no tarden en darse
cuenta, el atletismo es un deporte que nos a traído grandes satisfacciones a lo
largo de 93 años y por supuesto que nos seguirá dando pero es hora de mirar más
allá de un triunfo sudamericano.