El vallista cubano Orlando Ortega dijo el martes que fue impulsado a
desertar después que autoridades de la isla le dieron una suspensión de
seis meses por insubordinación, y ahora espera poder construir una nueva
vida con su familia en Florida.
Hablando por teléfono desde Padua, Italia, donde se alojaba con la
familia, Ortega dijo que estaba en paz con su decisión, pero expresó su
desilusión con las autoridades e instituciones deportivas cubanas.
"Fue una decisión muy difícil y duro, pero lo hice y no voy a mirar
hacia atrás", dijo Ortega, quien a los 22 años se considera heredero de
Dayron Robles en los 110 metros con vallas.
Su salida deja a Cuba sin una de sus mayores talentos en un evento en
el que ha brillado en el mundo y las competiciones olímpicas en los
últimos años.
Ortega y su entrenador fueron castigados por las autoridades deportivas
isleñas después de que se negó a competir en junio una prueba en Rusia.
La sanción fue luego levantada y corrió en el Campeonato Mundial en
Moscú, pero fue en la primera ronda después de terminar sexto en
la clasificación.
Él viajó con la delegación cubana a España, donde abandonó el equipo y se dirigió a Italia.
"Cometieron una gran injusticia conmigo y mi entrenador", dijo Ortega. "Me afectó mucho y me sentí muy mal, porque no competí durante los dos meses antes de los campeonatos del mundo."
Ortega señaló que había competido en el extranjero muchas veces antes
de incluir Nueva York y Puerto Rico, pero nunca había pensado en
desertar hasta ahora.
"Estoy viviendo momentos difíciles. Sé que en Cuba la gente está hablando acerca de la traición," expreso Ortega.
Ortega se coloco sexto en los Juegos Olímpicos de Londres el año pasado y
llegó a Moscú después de haber hecho el tercer mejor tiempo del año,
13,08 segundos.
Al igual que Robles, quien recientemente se mudó a Europa para continuar su carrera
con el club Mónaco, criticó las instituciones deportivas de Cuba.
"Nunca se oye hablar de la falta de atención a los atletas, de los
problemas, sobre algunos líderes de pista y campo que son malos ejemplos
para educar a los jóvenes", dijo Ortega. "Pero yo no quiero mirar hacia atrás. Una nueva vida que me espera ahora".
Dijo que estaba tratando de hacer arreglos para viajar a Tampa, Florida, donde vive su madre.
"En este momento lo único y lo que más deseo es reunirme con mi madre en los Estados Unidos", dijo Ortega.
Fuente: The New Zealand Herald